Es más difícil que nunca salir al exterior debido a las exigencias de nuestro trabajo, hogar y vida social, e incluso cuando disfrutamos de la naturaleza, nuestra cultura moderna aún nos impide conectarnos verdaderamente con ella. La mayoría de los zapatos que usamos contienen suelas de goma, que aíslan la planta de nuestros pies de las cargas eléctricas de la tierra. Estas cargas afectan positivamente al cuerpo, permitiéndole recalibrar sus defensas naturales. Los científicos han descubierto que el contacto directo con la tierra carga la matriz viviente, que conecta todas nuestras células vivas. La conductividad eléctrica dentro de la matriz viviente funciona como una defensa del sistema inmunológico, y la conexión a tierra utiliza las cargas eléctricas de la tierra para activarla.